A pesar de la ubicación tan céntrica de esta ciudad en nuestra península y de las múltiples ocasiones de poder visitarla, se me ha resistido. Recientemente el destino ha puesto de su parte para no dejar en el olvido esta hermosa ciudad que tiene mucho que aportar.
Mi hotel se encontraba en el conocido y larguísimo paseo de Zorrilla, así que mi itinerario para llegar al centro de la ciudad, era bien sencillo: seguir esta calle hasta el final. No obstante hacia un pequeño desvío. Me gustaba cruzar por el Campo Grande, porque, aunque no conseguía aislarme del todo del tráfico, paseaba entre la vegetación de este jardín romántico, a veces salvaje, una vez se abandone la pista central asfaltada que recorre el parque de norte a sur. Un breve recorrido por este pequeño pulmón verde disfrutando también de los sonidos de sus pájaros o del ¨quejido¨ de los pavos reales que circulan a sus anchas por los senderos. Con un poco de fortuna podrás ver las ágiles ardillas encaramándose a los árboles.
Dado que estamos en invierno, y algunos de sus árboles apenas exhiben sus ramas mientras otros, de hoja perenne se mantienen inalterables una tiene la sensación de cierto caos y, quizá, de cierto descuido, si tenemos en cuenta además la hojarasca otoñal que todavía permanece en el suelo. No obstante, este aspecto ¨natural¨ contribuye a la ilusión de encontrarse en un lugar perdido y misterioso. Puedo imaginar perfectamente las escenas de la leyenda recreada por Zorrilla que tuvieron lugar en este mismo emplazamiento y que hablan de traición, conciencia y justicia.
Salpicando la vegetación, fuentes, monumentos o esculturas entretienen al paseante.
En el paseo central, perfectamente ubicable, se encuentra la escultura, a tamaño natural, de un fotógrafo. Parece ser que homenajea a Vicente Muñoz quien inmortalizaba a los transeúntes que requerían sus servicios durante muchos años.
El paseo sabe a poco pero, desde aquí, accederemos inmediatamente al casco histórico de la ciudad. Lo hacemos desde la Plaza de Zorrilla, en la que hacemos una breve parada para girarnos 360º y disfrutar de la fachada de arenisca y granito de la Academia de Caballería de principios del S. XX . del que destacamos su equilibrada composición y las tres torres milimétricamente colocadas sobre su fachada. Con estridencia se muestran, a modo de medallas coloreadas, las cruces de las 4 órdenes militares españolas: Alcántara, Calatrava, Santiago y Montesa. También podrás visitar el museo que aloja y ver su variada colección de armas, pinturas, estatuas ecuestres o sillas de montar.
Sin movernos de la plaza, veremos la estatua sobre peana de José Zorrilla (que da nombre a la plaza) con la figura, también en bronce, de la Poesía alada en actitud de escuchar al poeta mientras éste recita. El escritor da la espalda al Parque Grande y se dirige hacia la ciudad.
Imposible dejar de ver la fuente con múltiples chorros que promete mostrar su mejor cara por la noche, iluminada. Veremos… y es así que me fijo en la Casa de Don Recio Mantilla gran edificio singular, sobre el que volveremos más adelante.
La elección de este punto de partida no es accidental, ya que en esta plaza se encontraba una de las 8 puertas abiertas en la antigua muralla y que daban acceso a la ciudad. Pero antes de entrar, volvemos hacia atrás en dirección a la estación que se encuentra en las proximidades. Si habéis decidido llegar en tren, no será una mala opción ya que el centro histórico se encuentra bien cerca y el viaje en AVE apenas durará 1 hora, desde Madrid, por ejemplo.
Desde la estación, os mostramos la ruta de acceso que es bien sencilla e interesante. Llegamos a la Plaza de Colón, no tiene pérdida, y resulta muy visible gracias al monumento conmemorativo a Cristobal Colón, en piedra y bronce, que allí se ubica. Devuelto desde La Habana, tras la independencia de Cuba, encontró acomodo aquí. En su base, unos relieves de bronce que relatan escenas de las gestiones que realizó Colón hasta llegar al descubrimiento de las Indias. En las esquinas, grandes figuras alegóricas: la Historia, la Náutica, el Valor y el Estudio. Más arriba, un globo terráqueo y el lema Non plus ultra, incompleta al sufrir el zarpazo de un león coronado con un castillo (símbolo del Reino de Castilla que ayudó a romper con este lema limitante). Finalmente, en la parte superior, Cristóbal Colón sobre una embarcación guiado por la Fe, fija su mirada en un lejano punto en el horizonte.
Este primer punto de interés se encuentra en la gran avenida peatonal que muere en la plaza de Zorrilla y que limita con el Campo Grande a un lado y con la calle Acera de Recoletos (conocida en los primeros años de 1900 como Avenida de Alfonso XIII) por el otro. Es, en esta última, donde vamos a focalizar nuestra atención.
El edificio que primero despertará nuestro interés, en este recorrido, es la Casa del Príncipe, de 1908. Destaca un llamativo y decorado torreón de miradores en su esquina, diferentes en cada planta. Destaca el contraste entre el color blanco de la decoración y el naranja del ladrillo. No acertamos a ver la cubierta, que presumimos oculta tras la fachada recortada que remata el edificio.
Un poco más allá, la Casa Resines, de aspecto más lineal y con grandes ventanales y figuras humanas asumiendo la función de decorativas columnas adosadas al muro.
Ya al final, haciendo esquina, la calle Acera de Recoletos con la de Miguel Íscar nos reencontramos con la Casa Mantilla (apellido de su propietario inicial) construida en 1981. Ostenta el honor de poseer el primer ascensor de la ciudad. Y haciendo alarde de la disponibilidad de sistema de iluminación eléctrico, veremos farolas entre sus balcones. En sus dos esquinas, llamativos torreones circulares rematados por cúpulas . En este estilo ecléctico no pueden faltar de decoración de la fachada, en estuco, con un variado programa.
Llegamos, de nuevo, a las puertas de la ciudad que franquearemos en un próximo capítulo…
Saber más:
- Historia de la construcción y emplazamiento del monumento a Cristobal Colón .
- El lema Non plus ultra
- Información sobre la Plaza de Zorrilla. Al final imágenes de la plaza en diferentes épocas.
- Historia de la Academia de Caballería de Valladolid e información sobre su museo.
Otros lugares para visitar en Valladolid:
- La plaza y alrededores